LIDIA, 22 AÑOS
Lidia nos ha enviado dos muestras para su análisis: un árbol y una carta con su firma y rúbrica. Empecemos por el árbol: la copa, por ejemplo, es grande, lo que indica extraversión e imaginación. Vemos también que se ha entretenido en hacer un follaje muy elaborado, al igual que sus ideas y su manera de desarrollar el trabajo mental.
En cuanto al tronco, se observa un ensanchamiento hacia la base, lo que nos habla de nuevo de extraversión, positivismo y tendencias materialistas.
Es interesante también analizar la base del árbol. En este caso, observamos que ha sido realizada con numerosas puntas, lo cual revela que Lidia pisa un terreno que le resulta incómodo. Existe cierto temor y descontento en los estudios o en la situación laboral (si se diera el caso). Este tipo de base habla de irritabilidad, así como de disgusto con el entorno.
Un dato importante a analizar es la rama rota que se aprecia en el tronco de su árbol. Este tipo de muescas, ramas rotas, dibujos internos en el tronco, etc. siempre descubren algo (por lo general, conflictos) acerca del autor del dibujo. En este caso, hemos aplicado el Índice de Wittgenstein -que sirve para descubrir la edad en la que se produjo el conflicto- y el resultado es que éste pudo desarrollarse entre los 5-6 años. Entre esas edades hubo un acontecimiento que la marcó de manera negativa.
En cuanto a su escritura, destaca el desorden del margen izquierdo, lo que nos descubre que aunque Lidia intenta ser ordenada, no siempre lo consigue, y también sus “emes” y “enes” en forma de guirnalda (esto es, en forma de “u”), lo que nos habla de capacidad de adaptación y de facilidad para “salirse con la suya” mediante buenas palabras y a través de cauces diplomáticos. En líneas generales se trata de una escritura positiva y típica de la adolescencia, con una firma envolvente, que nos indica que, a pesar de su extraversión, no resulta tarea sencilla llegar a su faceta más íntima.
En cuanto al tronco, se observa un ensanchamiento hacia la base, lo que nos habla de nuevo de extraversión, positivismo y tendencias materialistas.
Es interesante también analizar la base del árbol. En este caso, observamos que ha sido realizada con numerosas puntas, lo cual revela que Lidia pisa un terreno que le resulta incómodo. Existe cierto temor y descontento en los estudios o en la situación laboral (si se diera el caso). Este tipo de base habla de irritabilidad, así como de disgusto con el entorno.
Un dato importante a analizar es la rama rota que se aprecia en el tronco de su árbol. Este tipo de muescas, ramas rotas, dibujos internos en el tronco, etc. siempre descubren algo (por lo general, conflictos) acerca del autor del dibujo. En este caso, hemos aplicado el Índice de Wittgenstein -que sirve para descubrir la edad en la que se produjo el conflicto- y el resultado es que éste pudo desarrollarse entre los 5-6 años. Entre esas edades hubo un acontecimiento que la marcó de manera negativa.
En cuanto a su escritura, destaca el desorden del margen izquierdo, lo que nos descubre que aunque Lidia intenta ser ordenada, no siempre lo consigue, y también sus “emes” y “enes” en forma de guirnalda (esto es, en forma de “u”), lo que nos habla de capacidad de adaptación y de facilidad para “salirse con la suya” mediante buenas palabras y a través de cauces diplomáticos. En líneas generales se trata de una escritura positiva y típica de la adolescencia, con una firma envolvente, que nos indica que, a pesar de su extraversión, no resulta tarea sencilla llegar a su faceta más íntima.