Rafael, 7 años

Rafael ha dibujado a su familia, compuesta por el padre, la madre y una hermana. En la carta nos comentan que es un poco introvertido, y es cierto. En su dibujo ha separado deliberadamente a los miembros de la familia: los padres están situados a un lado de la casa mientras los hermanos aparecen en el otro, y más aún, se ha pintado a sí mismo separado de su hermana por un árbol, lo que le deja completamente aislado del resto.
La interpretación que puede extraerse de todo ello es que él se siente así: un poco aislado. El hecho de que su hermana aparezca más cerca de sus padres indica que quizá piense que a él se le hace menos caso que a ella.
Por el tamaño de las figuras se diría que Rafael ve a su madre como una “diosa”, puesto que la ha dibujado mucho más grande que al padre, al que sitúa en una escala inferior.
Es interesante resaltar que a la hora de colorear la ropa de los miembros de la familia ha escogido colores vivos, excepto en el caso de la hermana, a la que ha pintado con ropas negras, lo que revela algún tipo de conflicto con ella.
La introversión de Rafael se ve reforzada cuando observamos la casa que ha pintado: la puerta y las ventanas están cerradas, como muros infranqueables que hay que aprender a abrir para llegar a conocer sus pensamientos y sus miedos, que muchas veces no quiere expresar con palabras, por eso cuando se le pregunta por su dibujo ofrece evasivas.
La interpretación que puede extraerse de todo ello es que él se siente así: un poco aislado. El hecho de que su hermana aparezca más cerca de sus padres indica que quizá piense que a él se le hace menos caso que a ella.
Por el tamaño de las figuras se diría que Rafael ve a su madre como una “diosa”, puesto que la ha dibujado mucho más grande que al padre, al que sitúa en una escala inferior.
Es interesante resaltar que a la hora de colorear la ropa de los miembros de la familia ha escogido colores vivos, excepto en el caso de la hermana, a la que ha pintado con ropas negras, lo que revela algún tipo de conflicto con ella.
La introversión de Rafael se ve reforzada cuando observamos la casa que ha pintado: la puerta y las ventanas están cerradas, como muros infranqueables que hay que aprender a abrir para llegar a conocer sus pensamientos y sus miedos, que muchas veces no quiere expresar con palabras, por eso cuando se le pregunta por su dibujo ofrece evasivas.
